sábado, 19 de diciembre de 2009
La Orden de los Caballeros Tirodal.
ORDEN DE CABALLEROS TIRODAL
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
CARTA A LOS ELEGIDOS
I - Salutación a los lectores de los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea.
En el nombre de los Caballeros Tirodal y en el suyo propio, el autor ofrece un saludo de camarada, es decir, una señal de honor, a aquéllos que han sido Elegidos en dos mundos para recibir los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea. A quienes tienen este libro en sus manos, y lo han recibido de las nuestras, nada más que darles la bienvenida y desearles suerte en la primera prueba: su lectura y comprensión. Del éxito de tal prueba dependerán los pasos futuros: la Iniciación Hiperbórea, el tránsito no espacial ni temporal sino estratégico hacia el selbst, hacia Hiperbórea terrestre, hacia Thule, hacia Agartha, hacia el Valhala, hacia Venus, hacia el Origen, hacia Hiperbórea original, fuera del demencial Universo material creado por El Uno, hacia la eternidad del Espíritu, cerca del Dios Incognoscible y de Kristos Lucifer, el Gran Jefe de la Raza de los Espíritus Hiperbóreos.
II - Misión de los Caballeros Tirodal.
Los Caballeros Tirodal son Iniciados en la Sabiduría Hiperbórea y son, también, sus depositarios en esta parte del mundo. A los Caballeros Tirodal, la Sabiduría Hiperbórea les fue confiada directamente por los Siddhas Leales de Agartha. Pero los Siddhas Leales no alentaron la constitución de la Orden de Caballeros Tirodal solo para que se practique el estudio de la Sabiduría Hiperbórea; por el contrario, desde un comienzo se encomendó a la Orden una misión específica, para cuya ejecución fue necesario disponer, quizá por primera vez con tanta profundidad, de la Sabiduría Hiperbórea.
El objetivo de la misión es muy sencillo de exponer, aunque su trasfondo metafísico difícilmente será captado de entrada por los Elegidos: LA MISION DE LOS CABALLEROS TIRODAL CONSISTE EN LOCALIZAR A LOS ELEGIDOS Y, SI ESTOS LO ADMITEN, PREPARARLOS INICIATICAMENTE PARA AFRONTAR CON HONOR EL PROXIMO FIN DE LA HISTORIA.
Seguramente este enunciado se hará más claro si definimos qué debe entenderse por “LOCALIZAR A LOS ELEGIDOS” y qué significa “EL PROXIMO FIN DE LA HISTORIA”. Es lo que se explicara a continuación.
III - La misión de los Caballeros Tirodal exige LOCALIZAR A LOS ELEGIDOS y revelarles los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea.
Ante todo, cabe afirmar que los Elegidos a que nos referimos son personas cuya inclinación por la Sabiduría Hiperbórea no, proviene de una decisión racional adoptada en el curso de sus vidas. El Elegido es quien, paradójicamente, eligió luchar contra Jehová Satanás para liberar al Espíritu eterno, que es él mismo, del encadenamiento material. Pero tal elección, el Elegido no la hizo en esta vida ni en esta Tierra, sino en otro plano de existencia, no espacial ni temporal, donde reside el Espíritu Hiperbóreo encadenado. Sin embargo, aunque la decisión de luchar por la libertad del Espíritu está tomada, cada nueva encarnación causa su olvido parcial. El Elegido, al momento de ser localizado por los Caballeros Tirodal, está dormido: el primer acto ha de consistir, entonces, en despertarlos al recuerda de su propia decisión. Se hace necesario, así, sostener un diálogo con el Elegido dormido para procurar que despierte en él su naturaleza espiritual; pero este diálogo, para ser eficaz, debe superar todas las vallas culturales que ha montado el Enemigo en el interior de su estructura psíquica y dirigirse directamente a la manifestación del Espíritu. Naturalmente, un diálogo tal no puede ni intentarse contando solo con una lengua profana: este libro, tal como se explicará más adelante, tiene por: fin enseñar al Elegido un método de pensamiento que permitirá comprender el significado metafísico de los conceptos expresados por los Caballeros Tirodal. Por eso, previamente a la lectura de este libro, no es posible satisfacer ninguna pregunta del Elegido sobre el Misterio de la Iniciación Hiperbórea y la posibilidad de liberación espiritual; y luego de leerlo, ello solo será posible si se lo ha comprendido y aceptado.
El elegido, aunque dormido, exhibe señales inequívocas de quién es. Fundamentalmente se trata de dos herencias: una genética y otra espiritual. La herencia genética consiste en un contenido mnémico de la sangre: el recuerdo del Origen, que es tanto más intenso cuanto más pura es la sangre; por eso la Sabiduría Hiperbórea distingue entre pureza de sangre y pureza racial: la segunda no es una exigencia imprescindible para la Iniciación Hiperbórea, aunque sí lo es la primera pues, sin pureza de sangre, sin recuerdo del Origen, no hay posibilidad alguna de liberación espiritual. En cuanto a la herencia espiritual ella se manifiesta en el carácter volitivo del Yo: como se demostrará en este libro, el Yo es una consecuencia del encadenamiento espiritual; de allí que su aspecto revele inmediatamente el grado de extravío y sumisión del Elegido. Por su dominio de la Sabiduría Hiperbórea, los Caballeros Tirodal disponen de los métodos más perfectos para establecer si una persona es un Elegido y, si es un Elegido, en qué grado de extravío se encuentra y / cuando los Caballeros Tirodal han determinado con precisión que una persona es un Elegido, y que es posible su despertar, es entonces que se realiza la consulta a los Siddhas Leales, Aquéllos Que Nunca Se Equivocan, para que ellos confirmen o rechacen el Juicio de la Orden.
No hay, pues, ningún error si un Elegido es convocado para participar de la Sabiduría Hiperbórea: ello significa que, en dos mundos, su despertar se considera posible.
IV - La misión de los Caballeros Tirodal propone a los Elegidos la Iniciación Hiperbórea, para afrontar con honor EL PROXIMO FIN DE LA HISTORIA.
Sobre la Iniciación Hiperbórea nada puede adelantarse aquí. Solo quien haya estudiado paso a paso, y comprendido los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea, podrá vislumbrar en qué consiste. La Segunda Parte de este libro, que se ha encuadernado por separado, es ya una introducción a la Iniciación Hiperbórea y allí el tema está desarrollado con mucho detalle. Empero, esa parte de los Fundamentos, solamente será entregada a aquellos Elegidos que hayan manifestado su conformidad con la misión de la Orden y hayan asumido el compromiso de continuar hasta ser iniciados. De todos modos, lo importante ahora es destacar que quienes continúen: por el camino propuesto, y reciban la Iniciación Hiperbórea, ESTARÁN EN CONDICIONES DE AFRONTAR CON HONOR EL PROXIMO FIN DE LA HISTORIA.
Existen múltiples caminos que puede tomar el hombre extraviado de nuestros días; unos son paralelos e inclusive coincidentes con alguna vía táctica de la Estrategia de los Siddhas Leales; otros, los más, son sendas que favorecen a los planes del Enemigo o celadas destinadas a impedir que tales planes se vean perjudicados. Cada uno debe discernir, en la medida de lo posible, cuál es el camino de su conveniencia: EQUIVOCADA O NO, SU ELECCION NO INTERESA EN ABSOLUTO A LA ORDEN DE CABALLEROS TI RODAL. La Orden, en efecto, no está compuesta de Jueces sino de Kshatriyas Hiperbóreos, de Guerreros del Fin de la Historia; su misión no es juzgar la hora actual, y mucho menos condenar a nadie, sino adiestrar a los Elegidos para afrontar con honor el Fin de la Historia, la lucha inevitable que sobrevendrá y que abarcará varios mundos en su teatro de operaciones. Esa es la misión encomendada a la Orden por los Siddhas Leales y a ese fin conduce el camino que custodian los Caballeros Tirodal; quien siga por este particular camino debe comprender y aceptar que, pese a que la Sabiduría Hiperbórea de la cual son depositarios lo haría posible, los Caballeros Tirodal no intentarán torcer el rumbo de la Historia. Y quien no comparta esta condición puede, según se ha dicho, tomar por el camino que mejor le convenga, especialmente si cree que algo de este mundo merece ser salvado: la Sabiduría Hiperbórea no es apta para naturalezas débiles; el Iniciado Hiperbóreo debe exhibir un corazón de hielo y una voluntad de fuego.
En este momento, las principales variables de la Historia están controladas por el Enemigo. La Jerarquía Blanca de Chang Shambalá sostiene en el seno de todas las culturas de la Tierra a los agentes de la Sinarquía Internacional: ellos, miles de hombres y organizaciones de todo tipo y función, trabajan para la concreción del Gobierno Mundial. Detrás de la Jerarquía Blanca están los Siddhas Traidores, los antiguos responsables del encadenamiento espiritual: su pacto con el Demiurgo los obliga a entronizar sobre la humanidad a las “razas sagradas”; la actual “raza sagrada” del Demiurgo es la raza hebrea y a ella se transferirá el poder del Gobierno Mundial. De concretarse el objetivo de esta infame conspiración, la consecuencia segura sería una materialización aún más intensa del hombre y su colectiva degradación moral. Naturalmente, el Enemigo descuenta el éxito de su plan y no considera posible el Fin de la Historia.
Pero los Siddhas Leales, quienes permanecen fieles desde el Origen a Kristos Lucifer, aseguran que el Fin de la Historia es inminente: en un momento de máxima tensión dramática, cuando los planes enemigos parezcan estar cumplidos, Ellos intervendrán para poner Fin a la Historia. Será un conflicto de Dioses en el que participarán, también, los hombres; un conflicto que se iniciará en el cielo y se extenderá a la Tierra, Y NO A LA / INVERSA. Por lo tanto, no tiene caso empeñarse antes de tiempo en la lucha, en una confrontación donde las fuerzas enemigas son abrumadoramente superiores. La sabiduría está, y sabios serán los Elegidos que lo entiendan, en prepararse para afrontar con honor el Fin de la Historia. Y preparar a los Elegidos, despertando en ellos el recuerdo del Origen, la certeza del Espíritu eterno encadenado en la materia, enseñando la Ética Noológica de la Sabiduría Hiperbórea cuya práctica permite acceder a la iniciación, y administrando, al fin, la Iniciación Hiperbórea, es la misión de la Orden de Caballeros Tirodal.
Cuando sobrevenga el Fin de la Historia, los Siddhas Leales se manifestarán a la luz del día; y junto a ellos regresará el Führer, el Enviado del Señor de la Guerra; entonces los Elegidos CUYO HONOR SE LLAME VALOR, es decir, los Iniciados Hiperbóreos de la Orden de Caballeros Tirodal, se alinearán detrás de sus antiguos Jefes espirituales para partir definitivamente del Universo material.
En síntesis, en esto consiste la misión de la Orden de Caballeros Tirodal: EN LOCALIZAR A LOS ELEGIDOS Y, SI ESTOS LO ADMITEN, PREPARARLOS INICIATICAMENTE PARA AFRONTAR CON HONOR EL PROXIMO FIN DE LA HISTORIA. Los Iniciados Hiperbóreos, al dominar la Sabiduría Hiperbórea, alcanzan el más alto nivel del conocimiento esotérico, la Ciencia de las Runas, y adquieren poderes terribles: sin embargo no emplean sus poderes para alterar el rumbo de la Historia; aguardan, eso sí, el Fin de la Historia, cuando las cuentas con el Enemigo serán definitivamente ajustadas.
Los Elegidos deben comprender y aceptar que esta condición es inevitable para transitar por el camino que señalan y custodian los Caballeros Tirodal.
V - Advertencia y saludo final.
Los Elegidos tienen que saber de entrada que este material es CONFIDENCIAL. La Orden ha confiado en ellos al proporcionárselo y ellos deben demostrar su lealtad siendo prudentes en su manejo: de ese modo no solo protegen a la Orden sino que se protegen a sí mismos. No hay que insistir, y no es ninguna concesión admitirlo, que el Enemigo de la Sabiduría Hiperbórea es terrible y despiadado y que no consiente ni tolera la misión de la Orden. Respetar la ley del secreto es parte de la prueba y la Orden posee los medios para saber quién comete infidencia o traiciona: NADIE PARA QUIEN EL HONOR NO IMPLIQUE SU LEALTAD PODRA INGRESAR EN UNA ORDEN DE INICIADOS PARA QUIENES SU HONOR ES EL VALOR. Como quedará en claro al leer los “Fundamentos”, el Iniciado Hiperbóreo, el virya despierto, es aquél que ha recordado que existe una guerra metafísica y que su bando es el de Kristos Lucifer: en esa guerra, que ya lleva millones de años ambos bandos se combaten sin tregua ni perdón; los Iniciados Hiperbóreos deben ser implacables porque el Enemigo es implacable. Y en medio de tan feroz contienda, el hombre común, el Elegido acaso, carece de valor para ambos bandos porque desconoce las Estrategias en juego y no cumple ninguna función táctica. Pero la situación cambiará bruscamente para el Elegido desde el mismo momento que reciba este material: desde entonces, la guerra que siempre ignoró se hará patente y poderosas fuerzas psíquicas actuarán para inducirlo a la defección o a cometer un error irreparable. El Elegido debe comprender que si hasta hoy no actuó conscientemente a favor de ninguno de los bandos, el leer el contenido de este libro no lo vuelve simpático a los ojos del Enemigo; Y QUE LA SITUACION NO CAMBIARÁ PORQUE TRAICIONE A LA ORDEN DIVULGANDO IMPRUDENTEMENTE ESTE MATERIAL En cambio lo que puede ocurrir es que se le cierren las puertas de la Orden y que el Enemigo, luego de haberlo engañado para que profane la Sabiduría Hiperbórea, se ensañe con el y lo destruya sin piedad: es lo que siempre sucede en esos casos. Se entiende, pues, que la advertencia va más para proteger al Elegido que a la Orden, la que, por otra parte, sabe cuidarse por sí sola.
Finalmente, haremos otra advertencia, esta vez sobre el modo como debe ser leída la obra. Los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea están desarrollados sistemáticamente, de tal forma que los incisos, artículos y comentarios, se encadenan unos a otros con razonamientos y conclusiones precisas: no es posible saltear nada y, por el contrario, el máximo provecho se obtendrá como resultado de un estudio lineal, desde la primera hasta la última página. Luego de tal lectura lineal, que permitirá una visión de conjunto de la Sabiduría Hiperbórea, será posible profundizar sin orden aquellos temas que requieran mayor comprensión.
Es conveniente que los Elegidos se interioricen cuanto antes de los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea y para ello es necesario que esta carta concluya ahora mismo. Muchos de los interrogantes que aquí se plantearon tendrán su respuesta con el correr de las hojas; sin embargo, el Interrogante de los interrogantes, la pregunta ética fundamental de la Sabiduría Hiperbórea: ¿qué debo hacer para liberar a mi Espíritu de su prisión material?, ha de quedar sin respuesta al menos por el momento. El autor, y los Caballeros Tirodal, desean asegurar a los Elegidos que la Orden ofrece esa respuesta a quienes comprendan y acepten los Fundamentos de la Sabiduría Hiperbórea y quieran sumarse a su misión.
En el Día del Espíritu, y en el Nombre de los Siddhas Leales de Agartha, y de la Orden de Caballeros Tirodal de la República Argentina, reciban los Elegidos el saludo de
Nimrod de Rosario
Agosto de 1985